jueves, 16 de mayo de 2013

Niní Marshall: La Chaplin con Falda

El humor sano, sin groserías ni golpes bajos, fue aquél que sólo ella supo llevar al cine de su época.  Desde joven divertía a su familia con su humor, lo que la llenaba de satisfacción y de alegría.  Aquella bellísima comediante y actriz inigualable fue consagrada en la Argentina y en otros países de América Latina por su notable ingenio. Niní Marshall, cuyo nombre era Marina Esther Traveso, demostró ser una enorme artista tras protagonizar 37 películas, muchas de las primeras superproducciones del cine argentino, y por sus destacadas y graciosas interpretaciones de personajes femeninos, la apodaron "la Chaplin con falda" y "la dama del humor".


Nació el 1° de junio de 1903, en el barrio porteño de Caballito. Su padre, el ingeniero Pedro Traveso, falleció a los dos meses de su nacimiento, dejando a su madre, María Ángela Pérez a cargo de Niní y de sus hermanas. 
Desde los 4 años demostró su interés por la actuación y por el canto. A los seis comenzó a estudiar danzas españolas, canto e idiomas como el francés, alemán e inglés. Tras terminar sus estudios primarios, cursó en el Liceo Nacional de Señoritas, donde comenzó a diseñar sus personajes imitando a sus profesores para hacer reír a sus compañeras. En clase era tímida y nunca fue buena alumna. Fuera del aula era un payaso. 
Al terminar el secundario se casó con Felipe Edelmann, con quien tuvo a su única hija Ángeles Edelmann en 1926.
Cuatro años después y con 27 años, debutó en radio como cantante y comentarista llevando el seudónimo de Mitzy. Gracias a su insistencia y su esfuerzo por hacerse conocer, su trabajo en este medio fue considerado por muchos como la mejor expresión de su talento. Realizó además, doce ciclos televisivos y una enorme cantidad de presentaciones teatrales, sin dejar de lado su estilo humorístico. 

"A veces estaba en el escenario y me tentaba. Se reía la gente y me reía yo. No era pedantería reírse de los chistes propios" recordaba Marshall en una entrevista.


Retratos de una hermosa y divertida mujer

Logró su reconocimiento con el cine, donde fue autora de sus propios guiones, los que hicieron y hacen reír a todos sus espectadores. Con sus interpretaciones, y principalmente con las imborrables Cándida y Catita, buscó reflejar los rasgos típicos de la sociedad argentina de aquella época.

“Creo que Catita sigue siendo el más querido de todos.”

Trabajó con imponentes iconos de la pantalla grande como Tito Lusiardo, Mirtha Legrand, Luis Sandrini y Enrique Serrano, en numerosos casos, con la dirección de Manuel Romero y Luis César Amadori. Entre sus películas se destacan: “Luna de miel en Río”, “Los celos de Cándida”, “Orquesta de señoritas” y por supuesto “Hay que educar a Niní”.


Niní Marshall en una recordada y divertida escena de "Hay que educar a Niní".

A pesar de haber tenido que exiliarse durante casi dos décadas por la censura que llegó hasta extremos absurdos, Marshall volvió a trabajar en la Argentina y fue convocada por varios canales televisivos. En 1962, asentada definitivamente en su país, editó un disco con temas para niños titulado “Niní Marshall, para los niños”.


"La abejita zumba zumba", una de las canciones de su disco para chicos.


En 1996, fue internada por problemas respiratorios y falleció el 18 de marzo, a los 92 años. Sus graciosas interpretaciones siguen siendo recordadas a través de los años por todos los argentinos, que la consideran un icono y un orgullo nacional.


Fragmento de "Mis Memorias", escrito por Niní Marshall.

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